Siguiendo con las ideas claves, vamos a intentar explicar si las Tic son la revolución que el mundo educativo esperaba.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) constituyen el conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas: hardware y software. Son soportes y canales relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizada de la información.
Implican una revolución tan importante en el saber como la masificación del acceso al libro en el siglo XVIII. Si solo miramos el número de dispositivos conectados a Internet a nivel mundial, se puede detectar su aumento exponencial en el tiempo: en el año 1984 hubo mil dispositivos conectados, en 1995 fueron un millón y en 2008 crecieron a mil millones.
No quedan dudas, el mundo vive la era de la información, creada por la introducción generalizada de estas nuevas tecnologías en todas las esferas de la vida. Como resultado, cambió la forma de trabajar, de divertirse, de relacionarse, de aprender y hasta de pensar, y como no, también en la forma de enseñar.
Si hablamos de educación informal, cualquier persona a través de Internet, puede acceder a cualquier dato en cualquier momento. En lo que respecta a la educación formal, la utilización de las TIC todavía está en proceso, ya que casi todos los alumnos son usuarios y tienen computadoras, pero en la mayoría de las aulas aún se repite el modelo tradicional de tiza y pizarrón de siglos pasados, sin aprovechar al máximo los beneficios que ofrecen estas herramientas.
En el modelo tradicional, el acento está puesto en la figura del enseñante; el alumno es un receptor pasivo y repetitivo de la información que el docente transmite. Ese paradigma entra en crisis con las nuevas tecnologías, las cuales llevan a poner en práctica teorías de aprendizaje constructivista, cognitivista, social o colaborativo. Las TIC promueven el protagonismo del alumno como gestor de su propio aprendizaje.
Los defensores de las TIC afirman que el hecho de poder acceder en Internet a múltiples puntos de vista sobre un mismo tema, amplía la capacidad de pensamiento crítico.
Más allá de las diversas visiones, nunca debemos perder de vista que las TIC son solo un medio. La bondad o maldad de las mismas está exclusivamente relacionada con el uso y la responsabilidad con que las utilicemos.
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